MUESTRA INTERNACIONAL DE VIDEOARTE

LOS HIJOS DE MELUSINA

Híbridos, trans y sospechosos de llevar consigo las taras de su madre, los hijos de Melusina son los hijos de la contemporaneidad. Este prodigio que les dio vida ⎯ mitad mujer, mitad serpiente⎯ solía edificar estructuras extrañas con la ayuda de un ejército de seres efímeros, gritaba estruendosamente ante desastres inminentes y legó a su descendencia alguna anormalidad física. La mezcla de belleza con imperfecciones era a la vez la herencia de su maldición y un atributo presente en todas las edificaciones que construyó. Para la simbología ⎯como lo ha expuesto Juan Eduardo Cirlot⎯, ella representa un arquetipo doble pues reúne en un solo ente la intuición cargada de genialidad con lo enfermizo-maligno del inframundo. Para el ethos contemporáneo esta hada es el referente de un modo creativo que ha sido reprimido por mucho tiempo y ahora es liberado en el presente: ese que reúne en un mismo gesto visual el hacer y el deshacer, lo masculino y lo femenino, lo animal y lo vegetal, la naturaleza y la tecnología. Y reafirma una premisa: lo único permanente es lo transitorio.

Los hijos de Melusina hoy ⎯tal como ocurrió con ella en la leyenda medieval⎯, son vistos por el ojo divino de los sistemas dominantes como seres prodigiosos que deben proveer al mundo de magia a la vez que son conminados a ocultar su naturaleza “extraña”. Sin embargo, ellos hicieron de la maldición ⎯de esa deformidad siempre mezclada con belleza⎯ un motivo para subvertir, y abandonaron el calabozo de la vergüenza. En tanto artistas, conciben su cuerpo, y el espacio en el cual transitan, como un cosmos donde nada es estable pues todo es actualizado una y otra vez. Sus cualidades mágicas son inseparables de la tecnología y su identidad está a medio camino entre lo humano y otras especies biológicas o electrónicas. Semejante estirpe puede ser calificada de post-humana y por lo tanto de post-categorías, post-dualidad, post-digital y post-porno entre otras. En sí, son post-Melusina pues, a diferencia de ella, exponen sin prudencia su deformación y están negados a dejarse atrapar por los sistemas centralizados. Con todo, estos seres contemporáneos han transformado el grito de dolor de su madre en una estética del presente.

Athenea Cuotto, Apotropia (Antonella Mignone y Cristiano Panepuccia), Eliseo Solís Mora, Eric Mejicano, Jing-cai Liu, Juan Pablo Valdivieso, Leo Carreño, Lili(ana), Mafe Izaguirre, Nonothing, Ricardo Arispe, Thomas Noya, Vic Pereiró, Virginia Paniagua y Olia Svetlanova pertenecen a esta estirpe y llegan a AWA Cultura a modo de nómadas digitales en tránsito por tiempos de oscuridad. Una época paradójicamente provechosa que Nietzsche compara con las interminables noches noruegas y de las cuales dice son “un hermoso símil para todos los pensadores para los cuales ha desaparecido el sol del futuro de la humanidad”. Los hijos de Melusina es una muestra de arte contemporáneo no porque la alumbre el faro de un saber establecido sino porque viaja, como estos artistas, por las tinieblas de un presente que no tiene destinos sino desplazamientos asombrosos hacia ningún lugar.

Humberto Valdivieso
Curador

Hybrids, trans and suspected of carrying their mother’s defects with them, Melusina’s children are the children of contemporaneity. This prodigy who gave them life – half woman, half snake – used to build strange structures with the help of an army of ephemeral beings, screamed loudly in the face of impending disasters and bequeathed some physical abnormality to his offspring. The mixture of beauty with imperfections was both the inheritance of his curse and an attribute present in all the buildings he built. For the symbolism ⎯as Juan Eduardo Cirlot has put it⎯, it represents a double archetype since it brings together in a single entity the intuition loaded with genius with the sickly-malignant of the underworld. For the contemporary ethos, this fairy is the reference of a creative way that has been repressed for a long time and is now released in the present: that which brings together in the same visual gesture doing and undoing, the masculine and the feminine, the animal. and the vegetal, nature and technology. And it reaffirms a statement: the only permanent thing is the transitory.

Melusina’s children today ⎯as it happened with her in the medieval legend⎯, are seen by the divine eye of the dominant systems as prodigious beings who must provide the world with magic while being ordered to hide their “strange” nature. However, they made the curse – of that deformity always mixed with beauty – a reason to subvert, and left the dungeon of shame. As artists, they conceive their body, and the space in which they travel, as a cosmos where nothing is stable because everything is constantly changing, over and over again. Its magical qualities are inseparable from technology and its identity is halfway between human and other biological or electronic species. Such a line can be classified as post-human and therefore post-categories, post-duality, post-digital and post-porn, among others. In themselves, they are post-Melusina because, unlike her, they unwittingly expose their deformation and they’re refusing to allow themselves to be trapped by centralized systems. Yet these contemporary beings have transformed their mother’s cry of pain into an aesthetic of the present.

Athenea Cuotto, Apotropia (Antonella Mignone and Cristiano Panepuccia), Eliseo Solís Mora, Eric Mejicano, Jing-cai Liu, Juan Pablo Valdivieso, Leo Carreño, Lili (ana), Mafe Izaguirre, Nonothing, Ricardo Arispe, Thomas Noya, Vic Pereiró, Virginia Paniagua and Olia Svetlanova belong to this lineage and come to AWA Cultural as digital nomads in transit through times of darkness. A paradoxically profitable time that Nietzsche compares with the endless Norwegian nights and of which he says are “A beautiful simile for all thinkers for whom the sun of the future of humanity has disappeared.” The children of Melusina is an exhibition of contemporary art not because it is illuminated by the lighthouse of an established knowledge, but because it travels, like these artists, through the darkness of a present that has no destinations but rather amazing journeys to nowhere.

Humberto Valdivieso
Curator

SALA1

(Re)Nacer

“Existe un río cuyas aguas dan la inmortalidad; en alguna región habrá otro río cuyas aguas la borren. El número de ríos no es infinito; un viajero inmortal que recorra el mundo acabará, algún día, por haber bebido de todos. Nos propusimos descubrir ese río”.
Jorge Luis Borges.

Artistas en la sala

Virginia Paniagua, España.
Olia Svetlanova, Italia.
Vic Pereiró, España.
Leo Carreño, Colombia.

SALA2

(Neo)Eros

“Es como si amáramos. Es como si sintiésemos. Es como si viviéramos”.
Rafael Cadenas.

Artistas en la sala

Thomas Noya, Reino Unido.
Apotropia, Italia.
Nonothing, Portugal.

SALA3

Devenir clandestino

“El corazón no me late
al unísono
de bandas
de mi propia especie”.
Betina Barrios Ayala.

Artistas en la sala

Eliseo Solís Mora, Venezuela.
Eric Mejicano, Venezuela.
Jing-cai Liu, China.
Athenea Cuotto, Venezuela.

SALA4

In(Visible)

“En este espacio en que existo
solo escucho
el aire
que no veo”.
María Alejandra Colmenares León.

Artistas en la sala

Ricardo Arispe, Venezuela.
Mafe Izaguirre, Estados Unidos.
Lili(ana), Estados Unidos.
Juan Pablo Valdivieso, Venezuela.

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