POEMAS

Alejandro Coutihno: interiores misteriosos

Según Giorgio Vasari (crítico y biógrafo del arte medieval) “Lo artístico es una altísima expresión del espíritu humano, reconvertido en belleza”. Una definición que bien podría adecuarse a cualquier época y lugar. Vasaris debía saberlo: dedicó su vida no sólo a investigar el ámbito artístico de varias de las décadas más fecundas del arte Universal, sino a crear el hábito del escribano cuando aún el arte cumplía una función política y carecía por completo de libertad para adjudicarse un sentido pleno y analítico. De modo que la percepción sobre lo artístico como parte de la cultura, todavía no era el todo comprensible y más allá de eso, debía luchar y debatir con el tema a través de una idea general sobre el arte como expresión de la vida, otro concepto muy en boga por entonces. Entre ambas cosas, Vasari encontró que el arte reflejaba las pulsiones y dolores de una sociedad ambigua, violenta y enclaustrada en la percepción del arte como vehículo de la trascendencia. Una noción sobre el infinito y las vicisitudes humanas profundamente enraizada en el espíritu humano.

Por ese motivo, el arte tiene la particularidad de mostrar de una forma diáfana y directa, que le convierte en una mirada asombrada sobre su autor. Nada se escapa al arte. Nada se escapa a quienes somos. Nada se escapa al ojo delicado y poderoso de la reinterpretación fotográfica. Por ese motivo, la profunda obra de Alejandro Coutihno sorprende por su cualidad para reinventar la realidad y otorgar un lustre etéreo a la percepción poderosa de la imagen, como herramienta para versionar la realidad y sustentar un nuevo lenguaje metafórico.

Sin duda, el arte es un reflejo de lo más elevado del espíritu humano, pero también puede serlo de sus espacios más oscuros. Mucho más frecuente lo segundo que lo primero, si lo analizamos desde una óptica más dura. ¿Cuántos artistas no han mostrado su dolor y suplicio a través del arte? Desde Artemisia Gentileschi (empeñada en mostrar el miedo y la rabia de una violación temprana en cada una de sus obras) hasta Pollock, decidido a convertir sus pinturas en un conjunto de mensajes transidos de puro dolor, el arte es una forma de mirar el tiempo, la forma y la expresión de lo que vivimos — somos, creamos — como un corpus colectivo. ¿Quienes somos cuando el arte nos representa, nos refleja, nos contiene, nos muestra?

A pesar de su apariencia de belleza reposada y plácida, la obra de Coutihno también un significado político. Creada en medio de la pandemia y utilizando el confinamiento como un mensaje definido, la visión del autor crea y reproduce obras reconocidas pero que a la vez, transmiten una versión de la realidad reconstruida a la medida de un mundo desconocido. De la misma forma que la cuarentena — cuya presión transformó el entorno — el trabajo de Coutihno es una mirada silenciosa hacia la introspección y el silencio interior. Earte también engloba el contexto, el poder de lo colectivo, la memoria que se afirma y se sostiene sobre una versión de la realidad que se contrapone al deber ser y al hecho mismo de elaborar preguntas y respuestas complejas sobre las motivaciones — activas y pasivas — de nuestra cultura.

Tal vez la gran pregunta que engloba y resume la inquietud del arte en la obra de Alejandro Coutihno, sea la cuestión firme sobre qué construye, destruye y renace a partir de una situación como la que vivimos. ¿Es la combinación de la pandemia y la percepción artística un fenómeno que escapa a la visión de quien somos para crear una nueva, debido a su carácter inédito? ¿O es el arte una forma de concebirse, un renacimiento en nuestra capacidad de creación? Quizás nunca tengamos una respuesta a una idea que parece debatir esa expresión del yo tan profunda como es lo artístico. Alejandro Coutihno intenta encontrarla a través de sus interiores silenciosos, del brillo asombroso de sus reinvenciones de Veermer o Rembrant. Aún así, el mero cuestionamiento de sus fotografías deja claro que la expresión artística es algo más sustancial que una simple percepción personal y que roza, esa necesidad de trascendencia que forma parte esencial de la personalidad creadora.

Un delirio por el infinito. Una manera de construir una nueva visión de la realidad.

Aglaia Berlutti

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ARTISTA

Alejandro Coutinho, Barquisimeto, estado Lara, Venezuela (1977). Desde muy temprano tuvo interés por las artes, estudió temporalmente teatro y luego piano. Es Abogado, egresado de la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto. Su formación en fotografía es mayormente autodidacta.

Comenzó a hacer fotos por hobby profundizando en los aspectos técnicos de la cámara, la luz y la composición hasta convertirlos en una pasión, motivándose a cursar un Diplomado de Estudios Superiores de Fotografía en el CIECA, Barquisimeto, Venezuela. Deja su profesión de Abogado para dedicarse por completo a la fotografía, al estudio del lenguaje fotográfico, la luz y la imagen.

La imagen documental es una de las ramas que desarrolla con agencias, empresas y particulares; la fotografía de paisaje y el retrato siguen siendo sus líneas de investigación y pasión, sin embargo, los trabajos que realiza están influenciados por la luz de las obras pictóricas del romanticismo, donde más que perfilar una estética en sus imágenes pretende dejar un significado que va más allá de lo que se ve a simple vista.

Participó como expositor en la 1era. Muestra Fotográfica de la Incubadora Visual, en el Centro Cultural “Los Galpones” en Caracas, Venezuela. Actualmente, es profesor de la Cátedra de Fotografía en la Universidad Fermín Toro e imparte los Módulos de Retrato y Fotografía Documental en el CIECA.

En marzo de 2017, realizó su primera exposición individual titulada «Belleza Antinatura» en la Galería «Maestro Ramón Díaz Lugo» del Instituto Municipal de Cultura y Arte de Iribarren, estado Lara. En septiembre de ese mismo año, expuso su segunda muestra individual «Barquisimeto Antinatura», en la Sala Giotto del Club Italo Venezolano de Barquisimeto bajo el auspicio de Villalón Galería de Arte.

En abril de 2018, inaugura su tercera muestra individual «MUSAS», bajo el auspicio de la Fundación Larense para Las Artes y VGA GROUP, en los espacios de Humo´s Café de Barquisimeto.