La Piel del Sentido
“Ha meditado profundamente sobre los colores, sobre la verdad absoluta de la línea; pero de tanto investigar, ha llegado a dudar sobre el objeto mismo de sus investigaciones. (…) nuestro arte, como la naturaleza, compuesto por una infinita variedad de elementos: el dibujo proporciona un esqueleto, el color es la vida, pero la vida sin esqueleto es una cosa más incompleta que el esqueleto sin la vida.”
Honoré Balzac: La obra maestra desconocida, 1845
La preeminencia de los entornos virtuales, desmaterializados capacitados para la digitalización en pixeles de lo tangible, aborda espacios de representatibilidad concebidos en tanto pieles dotadas para expresar los síntomas de los posibles tránsitos entre lo sensible y el sentido, entre lo material y lo espiritual de aquellos que por medio de sus miradas acceden a ellas.
Pieles tangibles, físicas, texturadas, matéricas, recorribles óptica y hápticamente, que ubicadas en un espacio construyen entornos, expectativas y relaciones con las que se manifiesta la encarnación de lo pictórico ahora conducido a la inmaterialidad como lugar de ubicación desbordado, en el que se operan los trasvases y las traducciones de su fisicidad.
Imágenes materia, imágenes pictóricas traducidas por lo digital en la obligatoriedad de un contexto pandémico que altera su espacio de proximidad, de su permanencia tangible, de su inscripción en el soporte que las convirtió en piel de sentido, en la encarnación de una promesa de durabilidad. Desprendimiento inevitable que procede a su traducción de piel corpórea a piel intangible, y con ello la alteración de su presencia conducida a un nuevo ámbito de mostración en el que la materia desaparece y se procede a la aparición de su presencia.
Pieles de aquilatas historias, de largas tradiciones, ahora traducidas por otro régimen de mostración distinto al que en origen detentaban, pues aquello que se llamó pintura, o imagen-cuadro, se ve impelida a ocupar otro espacio, el virtual. Un reto para su materialidad, para su encarnación. Una visualización distante, generadora de otros entornos para aquel que accede a su presencia inmaterial en medio de las nuevas adecuaciones de la producción de imaginarios con las que debe convivir.
Realidad desmaterializada que nos conduce a nueva observación y mostración de las pieles de sentido, de la pintura, de la imagen-cuadro, de su traducción y del necesario mantenimiento de su fisicidad ahora simulada. Un cambio de episteme de la imagen material, en su aparición física, en su promesa de duración a la e-image en su inmaterialidad, en su (des)aparición y en su condición de imagen-tiempo.
Elizabeth Marín Hernández
Consideraciones
Algunas de las piezas pueden contener material sensible y/o contenido solo para ser visto por personas mayores de 18 años. Se agradece discreción.
Las dimensiones de las obras en físico pueden varias respecto a su representación en el espacio virtual.
Recomendaciones
Si bien es cierto que la muestra está diseñada para ser vista desde cualquier dispositivo, te recomendamos en la medida de lo posible, visitarla desde un ordenador para incrementar el disfrute de la experiencia.
Antes de comenzar, abstrae y expande tu mente.